EDITORIAL
¿Existe el apartheid en la ciencia moderna?
Hace dos años lancé una pregunta en la plataforma ResearchGate. ¿Existe el apartheid en la ciencia moderna? Curiosamente hubo solamente dos respuestas bastante ambiguas, aparte de un mensaje privado incriminándome que me enviaron y que me aguó una celebración de fin de año. Cada cual interpreta los hechos de manera diferente, y mi manera de interpretar la reacción a aquella pregunta es que, lejos de no interesarle a nadie, el tema es tan delicado que pocos se atreven a abordarlo.
Lo que planteara en aquel momento como una pregunta, para mí aún no ha encontrado respuesta. Al parecer, en una amplia porción de la llamada comunidad científica sí existe el apartheid. Fuera de las revistas cubanas y un número muy limitado de publicaciones, si no se pagan cifras que oscilan entre 300 USD y 2000 USD, es imposible publicar un artículo en una revista de alto impacto. Con las demandas de calidad editorial actuales, los que pueden pagar, encontrarán un corrector editorial que hará el servicio por algo así como 100 USD.
Por otra parte, no nos llamemos a engaño: las mejores publicaciones en cuanto a originalidad, calidad y capacidad para brindar nuevas ideas, enfoques y conocimientos, están precisamente en las llamadas revistas de alto impacto, salvo excepciones, por supuesto. Al mismo tiempo, en esas revistas no es infrecuente encontrar trabajos que no sé si serían aceptados en la más humilde de nuestras revistas. A modo de ejemplo, la revista prestigiosa New England Journal of Medicine publicó un trabajo en 2012 donde se analiza la correlación entre consumo de chocolate y la cantidad de premios Nobel de cada país.
Afortunadamente, la pregunta sobre el apartheid, posee también una respuesta negativa. A diferencia de la ciencia de hace varias décadas, hoy no son infrecuentes los casos de investigadores que ponen a disposición de la comunidad no solamente sus datos originales, sino también sus algoritmos, sus programas y están dispuestos a compartir sus ideas con la comunidad. De hecho, existe el movimiento de la "Open Science", que se basa en el principio de que
"el conocimiento científico es un producto de la colaboración social y su propiedad por tanto pertenece a la comunidad. Desde un punto de vista económico, los resultados científicos generados por una investigación ejecutada con fondos públicos son un bien público que todos deberían poder usar sin costo alguno".
Cada día ese movimiento toma más fuerza, y se confronta al enfoque tradicionalista de la ciencia como una actividad para élites.
Para vencer al apartheid hace falta fuerza y herramientas, pero también hace falta algo más. Hoy día Gandhi, Mandela y Martin Luther King son héroes no solamente de los desposeídos, sino que con su probidad fueron capaces de ganarse el respeto de sus más acérrimos enemigos de otrora. Solo con integridad moral y elevados valores podremos vencer el apartheid de la ciencia. En lo personal lo interpreto de la forma siguiente: es posible que yo nunca pueda publicar en Nature, y lo que esté a mi alcance sea una revista cubana certificada. Pero lo que yo debo enviar a publicar a esa revista cubana debe poseer tanta calidad y tanto mérito como si la hubiera enviado a la más encumbrada de las revistas del primer mundo. Esa debe ser nuestra actitud. Y ese ha de ser el espíritu de nuestros revisores y editores.
Esa tradición de rigor y auto-exigencia sin mirar el rango de la revista donde se publique ha existido siempre entre los exponentes más destacados de la ciencia cubana, como el trabajo de Finlay sobre el cólera en la Zanja del Cerro en los Anales de la Real academia de Ciencias de La Habana, o los trabajos de Rubén Martínez Soler en la Revista Ciencias Biológicas.
Respecto a la otra cara de la moneda, debemos aprender a identificar las posibilidades que nos ofrece el movimiento de la "Open Science" a la vez que fomentar la cultura de compartir nuestros resultados y nuestras ideas. Hoy se plantea que ninguna organización que fundamente sus principios en el secretismo y el egoísmo corporativo tendrá perspectivas de avanzar.
Con estas ideas quisiéramos recibir este 2018, y saludar a nuestros lectores y colaboradores.
José Luis Hernández Cáceres
Doctor en Ciencias Biológicas, Profesor Titular, Investigador Titular,
Instituto de Neurología y Neurocirugía, La Habana. E mail: cacerjlh@infomed.sld.cu
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